Quédate con quién quieras,
pero que no sea demasiado grande
y porque siempre te cubrirá con su maldita sombra.
Pero que tampoco sea demasiado pequeño
y se haga hormiga con alas,
pues volará en cuanto el viento cambie
y le venga de popa y a toda vela.
Quédate entre nosotros,
quédate entre los mortales,
quédate entre seres humildes
y claramente, delimitados,
quédate con seres que soñamos cosas alucinantes
y que nos dormimos entre laureles
y que nos despertamos con un pie en el agua
que llovió ésta noche.
Dicen que nos auto compensamos,
que damos y a cambio, queremos algo,
(seamos así, realistas)
que queremos y no nos gusta que nos quieran
porque más vale pájaro en mano
que ciento volando.
De tú a tú...
yo te quiero
y si tú me quieres
nos seguiremos queriendo.
No hay tanta prisa
para querer como se debe querer.

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