Estoy casi seguro
que antes, fui otra persona.
Sí, que andaba y hablaba
y pensaba y decía
y a veces, soñaba y maldecía,
pero mi pelaje era otro,
mis ideas subían y bajaban como las mareas,
mis estados de ánimo eran inseguros y bamboleantes,
mi sinceridad lo era a ratos,
mis dependencias eran bestiales,
mi yo era en apariencia grande e inmenso
pero por dentro era de aire,
y me rayaba muchas veces,
y venga a darle vueltas al mismo tema
y las decisiones, que tanto me obsesionaban,
se convertían en no decisiones que jamás fueron tomadas.
Por tanto, me reafirmo...
¡estoy casi seguro!

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