Que te acompañe el beso triste de la noche...
aunque mis besos no son tristes,
es mi poesía la que se encuentra triste
y a veces, como hoy,
quiere llorar sobre un campo de trigo,
necesita la caricia de la brisa marina,
y su olor a algas y yodo,
así como tener a la vista
el gran espejismo del cielo iluminado.
Mi vida y mi historia son como un cuento de hadas,
la princesa me quería
y de repente,
los dos volamos en contra,
como dos kamicaces sin rumbo ni destino,
uno reventó en mil pedazos
y el otro siguió haciendo vuelos rasantes
y hasta estrellarse y siniestro total
creo que el otro, he sido yo,
pues aquí estoy...escribiendo,
y no me queda otra que volver al principio
de éste poema
que te acompañe el beso triste de la noche...

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