Puede que algún día
o puede que en algún momento entre la noche y el día
te pueda reconocer
que tenías razón.
Que nuestra historia no fue para tanto,
que los dos éramos parte del mismo juego
yo te decía te quiero
y tú respondías
yo también...
y entre juego y juego
nos pasaron los días
y cuando nos dimos cuenta
ya era de noche.
Después,
todo murió
y nunca más, resucitó.

No hay comentarios:
Publicar un comentario