Mi querida tarde quiero decirte algo, dos puntos:
me encanta el tedioso paso de tus tiempos tardíos
me encanta el agradable deslizar de tus horas
y me encanta la suavidad de tu aliento vaporoso y húmedo.
Tarde...
de ti me gusta todo,
me gustan tus aullidos de loba en celo
reclamando el poder de las sombras
que al final
se van colando entre tus dedos.
Yo sé que ahora te hicieron muy corta,
apenas duras unas horas
y porque la noche acecha
con su mano negra
y bajo el brillo de sus dientes de acero.
Yo sé...yo sé mi querida tarde
que tu deseo es ser más tarde que nunca,
hacerte más larga,
ser más extensible y maleable
pero lo que realmente importa
es que lo entrañable lo haces fácil
y lo difícil lo conviertes en un juego de niños,
contigo tarde, los recuerdos son canciones susurradas.
Tú... tarde mía,
sumas y no restas.
Tú... tarde mía,
elevas mis sentimientos a cumbres otoñales.
Tú... tarde mía,
si supieras lo que yo siento contigo,
dirías... yo aquí me paro
y que disfrute conmigo este pobre humano.
Tú... tarde mía
ante ti yo me quito el sombrero.

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