Una foto de mi Santiago de Compostela del alma
Veo una foto de mi Santiago de Compostela del alma y de mis más fervientes ardores guerreros.... y se me acongoja el alma y los riñones se me hacen trizas de inmediato y es que ellos (los recuerdos) me impiden mear ni siquiera una puta gota de mierda. Se me encoje el alma y los sentidos y todo aquello que en su día tuvo un sentido y un sentido inmenso, ahora se convierte en un amasijo de hierros y recuerdos entremezclados. Por un lado me huele a hierro oxidado y por otro, el vapor que emana de la piedra recién mojada se confunde con mis disquisiciones de cada mañana y al final pasa que y pasa que como le pasa a todos los gallegos cuando se sienten y están alejados de su tierra...y todo fluye entre canales de humedades ancestrales. Yo sonrío y mientras hay almas que ocupan otras oquedades que al final no sonríen tanto..
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