MARADONA Y MI BLOG (2017...de aquellas Maradona aún estaba vivo)

 

Y esto ¿cómo se come?, ¿cómo se digiere?, ¿cómo se debe tomar?...Dicen que tranquilamente, pero eso siempre lo dicen y es que para todo debemos ser tranquilos y pacientes y buenas personas y buenos chicos. La bondad es la gran mentira de la humanidad. Pero bueno, vayamos al puto grano y yo me refería a que voy a cumplir 500.000 visitas a mi Blog y la verdad, es que no sé como tomármelo. ¿Haré una fiesta o una orgía?...¡hombre!, me sale más a cuenta una orgía de las grandes y porque así me quito todos los preliminares y otras tonterías...pero bueno, si hay que disimular un poquito, pues se hace y ya está. Es sí, lo celebraré de puertas para dentro y con mucha discreción. Ahora, a principios del 2.022, estoy llegando a los dos millones y cuando llegue a los dos millones, será otro motivo de celebración (falta muy poco).
Desde luego al que no voy a invitar es al Maradona y que ya sé que se cuela en todas las fiestas y orgías, pero desde luego en la mía, ¡¡¡NO!!!. Es que estos días el Maradona está de actualidad, pero no por el fútbol (qué también), sino por maltratador o sea, por lo que realmente es. Es verlo y ya sabes que lo es, es que hable y te lo confirma, es que se mueva y ya sabes como pega a las mujeres. Y si llega a ser otro el autor de semejante tropelía, por lo menos se pasa la noche en chirona (y muy merecidamente), pero como Maradona es el dios del balón y del fútbol, se fue y se irá de rositas, porque la cuestión de fondo está en endiosar a un impresentable violador de derechos ajenos.
¡Joder! que se le ve nada más verlo, que no hace falta que hable, que enseña ese cuerpo menudo pero chulo...y siempre bien aderezado con la mejor farlopa y el mejor guiski y ya tenemos al Maradona. Que por cierto, hay muchos Maradonas por la vida, pero éste es el Rey, es el Dios, es la cosa más auténtica, es el hombre de Cromañón elevado al cuadrado y con una pelota de fútbol, pero todo esto no es sólo culpa de él, sino que también es de los que le ensalzan y alaban por donde vaya. Y por eso concluyo: ¡¡¡Qué mierda de sociedad!!!.

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JULIO CORTÁZAR