Pensad en ella,
una tipa rubia o morena
¿qué más da?,
unos pantalones vaqueros poco desgastados,
unos pantalones vaqueros poco desgastados,
la sonrisa de mona lisa,
y unos andares entre desganados y vagos.
Mirada escondida bajo unas gafas oscuras
o bajo la sombra de sus largas pestañas,
el viento le venía de lado,
y un lunar se le descubre debajo del pelo
y como si fuera su punto zen,
pero no lo es
el viento le venía de lado,
y un lunar se le descubre debajo del pelo
y como si fuera su punto zen,
pero no lo es
y porque sencillamente
carecía de punto zen..
A veces parecía una diva
y era tan de carne y hueso como lo soy yo.
En fin,
os estaba contando un bonito cuento
con un final
declarado como
catástrofe pasional.

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