DEBERÍA, PODRÍA, TENDRÍA QUE...(Pensamiento confuso)


DEBERÍA deciros que sí, que sí que me arrepiento, pero me temo que no es verdad, no me arrepiento de nada o de casi nada. Y ahora lo repito con más fuerza, no me arrepiento de nada. La rabia me puede a veces y me hace reivindicativo y ahora me estoy reivindicando, de como soy y de como era y de como seré proximamente. TENDRÍA que deciros que he metido la pata y es verdad que muchas veces la he metido, pero eso no me lleva a decir que tendría que renunciar a como soy. PODRÍA deciros que me arrepiento de no arrepentirme, podría, pero no lo voy a decir, porque en el fondo no me arrepiento de nada, pues soy un todo y en un todo entra todo.
DEBERÍA, TENDRÍA, PODRÍA hacer tantas cosas y tantas otras no hacerlas, que al final todo se confunde, el podría con el debería, y el debería con el tendría y al final ¿para que?, si el final siempre es igual y acaba siendo un lamento, el lamento de confusión y arrepentimiento.
Me arrepiento de qué y para qué, si me arrepiento es porque ya tengo claro lo que hacer, si no de que sirve arrepentirse. Es como cuando se dice yo tuve la culpa y eso a que nos lleva, si ese sentimiento de culpa no se acompaña de dar una salida. O sea yo tuve la culpa y voy a hacer esto para solucionarlo, si no la culpa o el arrepentimiento no sirven de nada, bueno sí, sirven para hacer una falsa disculpa o como se decía antiguamente, un paripé.
Ahora debería darme una vuelta y creo que lo voy hacer, empiezo a estar cansado y saturado. O sea me voy a dar una vuelta, primero porque me da la real gana y segundo porque PUEDO, DEBO y TENGO que dármela. Aquí expreso un deseo y al mismo tiempio doy una solución a mi deseo y es más, hasta explico los porqués de porqué tengo, de porqué quiero, y porqué debo darme una vuelta. ¡¡Menudo lío me he montado!!. Otra razón más para darme una vuelta.

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JULIO CORTÁZAR