parezco un volcán.
De tanto hablar
soy como un libro abierto.
De tanto pensar
las ideas se me caen como fruta madura.
De tanto decir quien soy,
estoy en boca de todos
y no son halagos lo que dicen de mí,
son palabras hirientes
que me atraviesan como balas.
Pero matar no me matan
me hieren, me hacen sangrar
y me dejan exhausto,
pero revivo.
Y por eso
yo sigo aquí.

No hay comentarios:
Publicar un comentario