YO CREOYa no creo en la bondad Una vez creí en columpios susurrando sermones de esperanza hasta que vi a la tristeza y el hambre pasear por los pliegues demacrados del rostro de un niño Una vez gocé con lo bello de los rayos ondulando entre el verdor y bailando entre las ramas hasta que las sombras del brazo del roble se tornaron demonios danzantes aullando un dialecto almibarado de muerte No, ya no creo en la bondad aunque las sofocantes calles de junio entonen estallidos satisfechos no puedo permitirme recobrar mi esperanza alegre en la moralidad Yo no, no puedo, no quiero desmoronarme bajo la decepción de creer en la bondad por eso convertí mi fe rota en la esperanza de resurrección Después de que la oscuridad se agarre a cada rincón solitario de mi habitación, yo me aferro al momento en que finalmente la luz de la luna se cuele por mi ventana Ante los cuerpos de jóvenes Negros desplomados sobre la acera ensangrentada mi mente absorbe la imagen de jóvenes de vida recta que de aquí para allá intercambian bolas de básquet su vida valiosa su risa sagrada E igual que el sol bosteza sobre la sábana de un fresco día expectante yo miro escucho y sonrío En el sutil estiramiento de mis labios el ahogado resurgir de mi risa no habita la resurrección de la bondad sino la resurrección de la fe Nacida en la simple gratitud que puedo reconciliar con el milagro en el paladar colorido del alba apasionado confieso yo creo |
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