six heures du matin
la campana de hierro penetra en las calles de piedra
una sangrienta asesina de sueño y pecado
a las seis de la mañana
el monstruo golpea para despertarme
Algún cura loco
aporrea la herrumbrosa campana
en su gran torre de piedra
Saint-Julien-le-pauvre o Saint-Séverin
o tal vez Quasimodo
en Notre Dame
El loco la flagela
con su porra de hierro
cubierto con su raída sotana
insistente
implacable
una oquedad enorme un estruendo perentorio
a través de las retorcidas calles al amanecer
La tierra tiembla
como un perro viejo al despertar
Dies irae! ¡Pecado y Salvación!
La Muerte hace rechinar sus polvorientos dientes
Todavía hay un dios enojado en alguna parte
haciéndonos la vida imposible

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