En realidad...yo no fuí tan lejos.
De alguna manera
cerca y alrededor de mí,
atado por mi cintura
agarrado al viejo árbol que me cobija
sintiendo su corazón palpitante
acariciando su epidermis
escribiendo poemas bajo su sombra
recorriendo mi vida con viejas canciones
bailando desnudo en el amanecer,
gritando... ¡amor mío!
y cuando aún no sabía
lo que era el amor.
Pero eso sé que aprendí
y aprendí a desear antes que a sentir.

No hay comentarios:
Publicar un comentario