Cuando han pasado muchos años, uno va contando lo mismo pero de diferente manera. Poco a poco lo va suavizando todo y como si hubiera dado un salto en el vacío y hacia otra dimensión, lo va matizando históricamente. Es que de aquellas era muy joven, es que en aquél momento nadie me quería como me quiere ahora, es que era un ser muy influenciable y me dejaba moldear por mis circunstancias y tal y como si ahora, fuese un puto héroe de película al que se le van cayendo los dientes y el pelo. En el pasado más lejano, me veía débil y endeble y porque era un pobre paria que pensaba que el mundo le iba a sonreír. Más adelante, quise darle la vuelta al mundo y ahí se quedaron mis intenciones.
Más próximo a éste momento, he visto claramente mi fragilidad cristalina, pero al mismo tiempo he sido feliz como perdiz, he querido hasta el infinito, me han querido por cien veces y siempre (y eso lo digo a voz en grito) he luchado como un jabato. Mi paz interior nunca existió, siempre tuve guerras y batallas que nunca me dejaron vivir en paz. Mi profesión me gustó hasta cierto punto. O sea durante décadas el sentirme médico, me engrandecía por dentro y esto duró exactamente, hasta que harté de ser médico. Me aburrí de ser médico y de que todo dios me contara sus putas penas. Todo tiene un tiempo que se llama desgaste. Y yo como médico, me siento desgastado y desilusionado.
Bien, fuí médico y ahora, debía estar jubilado, pero por otras circunstancias que ahora mismo no pienso contar y porque no me apetece, estoy obligado a seguir trabajando. Ahora me siento médico bajo mínimos, es decir profesionalmente vivo de cuatro ideas y cuatro principios y de poco más. Me gustaría poder engañaros y deciros, que me sigue entusiasmando la medicina. En estos momentos, en la medicina solo hay un punto por el que no paso: no puedo con mi dolor físico ni con el dolor ajeno. El dolot físico me parece un tema gratuito. Si uno tiene dolor físico, pues para eso está la analgesia y la sedación. Y veo dolor ajeno y no me corto ni un pelo...le meto un chute del tal magnitud...que va a ser que cuando se despierte se diga "que coño me ha pasado". Lo demás de la medicina me importa una mierda y supongo que esa será la única función que médicamente me queda en ésta vida: "que nadie pase más dolor físico del que se pueda aguantar". Del psíquico, sería un gran tema para hablar otro día, pero que vaya por delante que en éste tema no me siento tan importante.

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