Me queda muy poco para romperme definitivamente,
me quedan dos dientes y cuatro muelas
me queda el viento y el sol naciente
me quedan dos dudas y diez aciertos.
Me quedas tú en el recuerdo
y me queda la duda
¿de que habría sido de nosotros?
si hubiéramos seguido otro camino.
Pero para dudar hemos nacido,
existimos para eso,
para dudar siempre
y aunque uno piense
que la decisión tomada es la definitiva,
tengo el deber de aclarar
que no hay nada definitivo, salvo la muerte.

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