De día
hace calor.
De noche nos invade el rocío
y llegada la tarde todo lo nuestro se empieza a nublar.
Entre a medias
hay un instante de intensidad
un disparo de fuego,
un ardor de hoguera,
un clamor ensordecedor
mientras una estrella fugaz
nos indica el final de ese instante.
Todo es relativo y nada es infinito.
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