DOMINGO


 Domingo, otro domingo más en mi vida. Y van unos cuantos millones de domingos o esta cifra puede resulta ser demasiado exagerada y entonces, serán unos cuantos cientos de miles de domingos o simplemente miles. O en realidad ¿qué más da?. El caso es que son muchos domingos en mi vida y ojalá me queden por delante unos cuantos cientos de domingos más. No pido mil domingos, aunque que por pedir que no quede y ya puestos, pido unos cuantos miles de domingos más. Total pida lo que pida, me darán los domingos que yo tengo estipulado y ni uno más y ni uno menos. La vida no se negocia con nadie y menos si no conoces con el que negocias. Todos llevamos sobre nuestras espaldas el número de días en que vamos a vivir, está grabado bajo nuestra piel, entre los omóplatos y justo en ese hueco del medio. A simple vista no se ve y porque en realidad está grabado por el otro lado de nuestra piel (está grabado por dentro) y salvo que te arranquen la piel a tiras o de cuajo, no se pueden ver sus números.

La medición se puede hacer en días completos o en domingos o en sábados o en lo que le de la gana al señor o señora encargada de escribir esos números en tu espalda. Vamos, que nacemos señalados y si hemos nacido tal día, de tal mes y de tal año nos moriremos tal día, de tal mes y de tal año. Y eso no tiene vuelta de hoja, ni tiene solución posible. Por tanto, no roguemos ni imploremos nada de nada y porque nadie nos va a conceder un día más de vida. Hay personas que lo saben igual que lo sé yo y por eso vivimos más relajadamente y porque nos da igual lo que hayamos hecho y lo que nos queda por hacer. El presente es lo importante, el futuro es el siguiente segundo y el pasado es agua que ya no mueve molinos.

Si estamos señalados con la fecha de nuestro finiquito que nos va a importar lo que hagamos en la actualidad o más adelante. Además, yo no vendo por un puto día demás y en tal caso me vendería por uno o unos cuantos años más. Entonces y solo entonces, nos sentaríamos a negociar y por un año más, tendré que hacer esto y por tres, lo otro y ya por diez, prefiero no pensar en todo lo que tendría que hacer. Porque nada sale gratis y todo en esta vida es un puto intercambio de favores. No sé cuanto valdrá la reencarnación pero debe tener un precio desorbitante y eso sin mencionar en quién coño te vas a reencarnar y porque no es lo mismo reencarnarte en una persona cualquiera del tercer mundo que hacerlo en una persona cualquiera del primer mundo y montado en pasta gansa. Todo eso, tiene distintos precios. Pero yo de momento, me mantengo en que no voy a negociar nada de nada.

















No hay comentarios:

Publicar un comentario

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...