VENTANAS INDISCRETAS


 Las ventanas son indiscretas. Y yo escribo en un cuarto que está en el primer piso de mi casa y tiene un par de ventanas que dan a la calle y que las mantengo abiertas y hasta que no puedo más con el calor que hace y entonces las cierro a cal y canto y venga a tirar de aire acondicionado y porque si no me muero envuelto en llamas. Pero mientras tanto, es decir mientras tengo las ventanas abiertas, escucho pasar a la gente y siempre me quedo con una frase suelta y después, me pongo a imaginar como seguirá esa frase. Hoy pasaba un pavo diciendo "el pobre, no tiene relación social" y después, ya no pudo oír más, pero tampoco quería escuchar más y porque prefiero suponer lo que irá diciendo. Y el menda primero, hace un ejercicio de empatía y a la vez, de lástima hacia el pobre tío y claro...el pobre con lo poco social que es, pero y ahí viene el pero, pero gracias a mí que le doy conversación y le presto algo de mi atención, el pobre sigue levantando cabeza. Pero del pobre tío hemos pasado a lo bueno que soy yo y un pis pas. A veces, con el tono con el que se dicen las cosas, no hace falta decir más. Se puso una medallita caritativa en dos segundos.

Y yo pensando, pues que me venga a visitar a mí, que soy muy poco social (casi rozando lo antisocial) y así vera como a la primera, lo mando directamente a tomar por culo. Yo no soy pobre en nada, salvo en dinero claro, pero si el tío considera que viene a salvarme de mi propia soledad, que espere sentado y porque ya nada puede cambiar mi forma de ser y de estar por la vida. Yo, reivindico mi soledad y para ser un poco social y digo solo un poco, tengo que hacer verdaderos esfuerzos. Antes no, antes me encantaba perderme entre los amigos o compañeros de lo que fuera y ejercer mi mejor simpatía y quererlos y amarlos a todos y venga vamos hacer esto y venga vamos hacer lo otro y cuantos más planes colectivos tenía, me iba mejor por la vida. Ahora, huyo de los planes colectivos, de las reuniones, comidas o cenas y prefiero, quedarme solito en casa. Después decimos que no cambiamos, que somos los mismos de antes y cuando en realidad somos seres evolutivos que vamos cambiando, a ves lo hacemos pausadamente y otras veces, lo hacemos a grandes saltos cualitativos

En conclusión, yo no soy el mismo que antes, me parezco en cosas pero en otras soy un ser totalmente diferenciado al que era. Ahora, amo la soledad y los ratos tranquilos. No puedo con el bullicio y con las 20.000 conversaciones que se hacen al mismo tiempo y cuando te reúnes en grupo y sobre todo, cuando van regadas de abundante vino y bebidas alcohólicas. Antes me encantaba emborracharme y ponerme ciego hasta las trancas y así lograba mantener ese nivel de empatía. Pero ¡¡oh¡¡ algo cambió dentro de mí y no sé si es mejor o peor que antes, pero así son las cosas y así os las cuento.

















 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR