Si yo me dejara querer por tí
sería hijo de la luna llena,
y bajo mi luz de luna
nunca se pondría el sol en el mes de septiembre.
Mis dedos serían tentáculos de luz de plata
intensos en la noche
y dubitativos por el día
neutrales, nunca lo serían
amables y cariñosos, en tal caso
y soñadores y voraces de tu querer,
mi piel sería de espuma de ola
y mi alma se desquiciaría.

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