Somos lo que somos
y ni más ni menos.
Y que nadie vaya de crecidito
y piense que todos a su alrededor somos tontos o estúpidos
o analfabetos o cretinos
y que nos vamos a quedar callados
ante su puta presencia de payaso.
Yo nunca me consideré un dios de carne y hueso
y porque me sale humanidad por todos mis poros
y tengo mis buenos días
pero hay otros, en que resulto ser insoportable
menos mal que días neutros no tengo
hace mucho tiempo que he acabado con ellos
y porque como ser humano que soy
no me permito el lujo de ser neutral
y por eso sigo en mi empeño de decir...
¡No a las guerras y fuera los genocidios!

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