Me acuerdo de cosas
quizás de demasiadas cosas
y sé que algunas se escondieron en algún rincón de mi memoria
pero de vez en cuando dan el salto
y aparecen como puñales que acaban haciéndome daño.
Dicen que los malos recuerdos
están tras un muro hecho de piedra y cemento
pero se olvidan que hasta lo más duro, se agrieta
y por esas fisuras por donde entran la luz y el viento
de vez en cuando también se cuelan los viejos sentimientos.
Como aquella noche donde creímos en el amor infinito
y de como fue mi huida por la mañana.
Recuerdo que años más tarde nos volvimos a encontrar
yo quise explicarte lo que en realidad me había pasado
y tú miraste hacia otra parte
y ese última mirada que vi en tus ojos
es uno de los puñales que siempre llevaré clavado.

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