No escribo todo lo que pienso


No escribo todo lo que pienso

me falta ese algo indefinible e inconcreto

que debo tener guardado en algún rincón de mi memoria creativa

y lo sé, porque a veces siento su pálpito y su grito mudo.

Cuando escribo algo

siento que ese otro algo, el que tengo escondido

intenta colarse por esa fisura temporoespacial

que se crea tras la estela de cualquier pensamiento

y para que de una vez por todas,

 me de cuenta de su existencia.

El problema no está en que no lo sepa

el problema está en que lo sé

pero me falta el método para proceder a su extracción

 y hacerlo con mucho cuidado y mucha delicadeza

o lo que viene a ser lo mismo

me falta la inspiración para poder escuchar su voz.

Hay muchas viejas historias

que hablan de esto mismo,

algunos le llaman, inspiración

otros en cambio, hablan de organización y método,

y algunos otros, piensan que son sueños irreales

y por tanto, niegan su existencia

pero en el fondo de todo,

es porque no les gusta dejar nada para la imaginación,

la imaginación les asusta,

y los debilita de tal manera,

que ellos, los negacionistas,

prefieren seguir negando

que la imaginación existe.













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JULIO CORTÁZAR