Te resumo:
ni nada tengo que decir o añadir a la nada,
ni pensar, ni maldecir,
ni soñar,
ni siquiera te puedo decir
¡te quiero!.
Se acabó la magia de mis dedos
mi piel es arena de aquella playa
y mis pies solo dejan huellas que se llevará la marea.
El viento... que antes,
tanto me acariciaba,
ahora se ha vuelto seco y duro
y me hace daño con su áspero roce de arena del desierto.
Pero no te preocupes por mí,
estoy solo pero estoy contento.
En realidad me gusta
ser perro verde
y por eso de vez en cuando quiero
rascarme las pulgas que a veces me incomodan
y enseñar los dientes
y para que algunas personas se enteren
que no todo en mí es poesía y paz en la tierra.

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