De vuelta en la silla azul frente al estudio verde
ha pasado otro año, o eso dicen, pero los calendarios mienten.
Son una especie de máquina corporativa cósmica como
Aunque hace cincuenta años que aprendí a apartarme del calendario,
acabé volviendo a él por razones
de codicia y mi imperecedera estupidez.
Últimamente he escapado durante más y más tiempo
de esos cuadrados funestos con sus números afilados como navajas.
Tuve que convertirme en el agua en movimiento que ya soy,
recuperando la forma humana para
no asustar a mis hijos, nietos, perros y amigos.
A nuestro viejo gato no le importa. Lame el agua donde solía estar mi cara.

No hay comentarios:
Publicar un comentario