Y donde se quedo todo
y que fue de aquellas montañas de amor inconmesurable
y donde se quedó aquellas tarde con los sentimientos a flor de
piel
y mientras mi entorno se hizo más envolvente
y las rutas que trazaba mi mente eran desesperadas
y casi imposibles de realizar,
eran llamativas y repletas de flores que florecían a distintos
ritmos
y yo era el que encabezaba mi marcha en el día a día
y hacía y planificaba y decidía
y nada me asombraba más que la transformación de un
sujeto
y de huevo a crisálida
y de crisálida se hizo persona
después ya vino el bautismo que le puso nombre
y se fue inundando de dientes y muelas
y fue creciendo y gateaba y para por fin
andar sobre sus dos piernas.
Se hizo amigo de sus amigos
y a la vez le crecieron sus enemigos
y anduvo por la vida de un lado a otro,
siempre pensando, siempre queriendo
pero con el tiempo se hizo más selectivo
y aunque hubo veces que metió la pata y hasta los intestinos
hay que reconocer que fue limpiando su mundo de malas
y peores personas
y una vez instalado en el viejo campo de su memoria
se sentó a contemplar lo que había sido una vida prodigiosa.

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