RCP ¿para qué? me pregunto un día tras otro, para que coño quiero yo
reanimar a alguien, si el primero que necesita ser reanimado soy yo
mismo. Claro que mi reanimación es diferente, yo no me debato entre la
vida y la muerte, por lo menos de momento, pero necesito que de alguna
manera me reanimen, que alguien o algo me insufle de ánimos y que sean
espirituales y materiales o sea que se vea la pasta por delante y
después que me den el resto de los ánimos, los ánimos espirituales o
secundarios.
O sea que yo tengo que matarme a base de
hacer masajes para salvar a un tío, que no conozco de nada y que ni
siquiera me saluda ni me habla y que además me mira fijamente con esas
pupilas dilatadas y ese rictus en su boca, que a veces, hasta pienso que
se está riendo de mí y porque al tío ese le da la gana de no respirar y
que su corazón deje de latir y a mi me toca la china de tener que
resucitarlo y a mi ¿quien me salva?. Por el camino que llevamos el
masaje se lo va a dar cada uno y si uno entra en Parada ya puede tener
un enchufe al lado para meter los dedos y desfibrilarse sólo o también
enseñarle al perro a que haga un masaje con sus patas. Entonces lo ideal
en estos tiempos de recortes, es tener la casa llena de enchufes,
enchufes por todos los lados, para tener uno siempre a mano. Y si no, 1
vez al mes que pase un médico que se dedique a reanimar todo lo que haya
ese día, sólo lo que haya ese día, los que fueron cayendo el resto del
mes, ese mismo médico se ocupará de rellenar los certificados de
defunción. Dos pájaros de un sólo tiro. Para que después se diga que los
profesionales del gremio no damos ideas en tiempos de crisis. A esos
médicos con pagarles un sólo día al mes van que chutan. Y las
estadísticas que se hagan que sean de ese día, sólo de ese día, pues
alguna vez sonará la flauta y de casualidad ese médico salvará un vida y
si no ha sido él, que se apunte igual el reanimado o resucitado. éste
es lel mismo método que aplica el Gobierno con los presupuestos, deja de
pagarnos que nos debe a través de la Hacienda pública y así entrampa
los números. pues yo propongo que la estadística se haga el día 1 de
cada mes, justo el día que pasa el médico para certificar a los muertos.
RCP ¿para qué?, me vuelvo a preguntar. Si después de reanimar a un tipo
o tipa, hay que tener cuidados especiales con él y medicaciones y
estancias prolongadas en la planta y pasar por hemodinámica y pagar
especialistas y gastos y gastos y más gastos. Es más fácil y más
económico mandarlo directamente la hoyo y sin caja de pino ni hostias
benditas, al hoyo a pelo, tal como se vino al mundo. Por eso yo en las
últimas oposiciones, fuí el más listo de todos los opositores y me
presenté a una plaza de enterrador-celador. O sea yo cubro el proceso
que lleva el muerto al hoyo, desde que la espichó hasta la última palada
de tierra. Porque no vayais a pensar que a las personas se les va a
enterrar individualmente, no señor, se las va enterrar colectivamente y
tantos cabran como muertos quepan en el hoyo. Ni panteones, ni nichos,
todos al puto agujero colectivo. Y si no fuisteis promíscuos en vida, lo
sereis, por cojones, una vez muertos y tús gusanos se pondrán las botas
follando como descosidos con los gusanos de tú vecino y al revés
también. Yo en esas oposiciones ví que la medicina no tenía futro y por
eso me apunté al otro carro, al carro de la muerte.
RCP, ¿para qué?, Rcp para los anales de la historia. Pues hubo tiempos,
le contaremos a nuestros nietos, que cuando uno se ponía malito de
enfermedad y la espichaba, llegaban tres señores en una UVI Móvil, que
le hacían masajes cardícos y les ponían medicinas y un lindo tubito que
se lo metían por la boquita y no por el culito (siempre hay mal
pensados) y a veces, sólo a veces, remontaban la muerte y el tío salía
vivito y coleando. Vivito puede, lo de colear es un decir, pues salían
bastante afectados, pero salían. Eran tiempos, seguiremos contando a
nuestros nietos, en que se vivía bien o por lo menos se vivía bastante
dignamente y hasta hablaban de estado del bienestar, ¡menuda utopía!, y
esa utopía se encargaron de cargársela, unos señores que se llamaban
políticos, que acabaron haciendo una nueva casta social: la casta de los
chorizos politiqueros. Estos señores se aliaron con los grandes poderes
económicos: los banqueros y las multinacionales y juntos unos y otros,
empezaron a disfrutar como locos, del exceso y de la mangancia y venga a
ponerse las botas. Y asi vino una época oscura y negra y en ella es
donde se tuvo o eso decían, que recortar de todos los servicios públicos
y dejaron de existir las prestaciones sociales, el estado desapareció
como tal estado y se dió el paso definitivo hacia las privatizaciones. Y
entonces cualquier servicio prestado hubo que pagarlo a tocateja y el
que no tenía pasta, pues que se jodiera y así hasta morirse como un
perro. Y aquí es donde entraba yo, con mi oficio de enterrador-celador,
me tocaba ir a buscar al fiambre y llevármelo al cementerio y
directamnte a la fosa común y así sin más hasta nuestro días, y queridos
nietos, aquí se acaba esta historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario