Cuantas veces dije que no, que no volvería a hacerlo, pues no recuerdo
cuantas. Y cuantas otras debería haber dicho que no y no lo hice, pues
otras cuantas. El no, el debería, el podría, el tendría que, todas
suenan a arrepentimiento. Y lo mismo pasa con el sí, con el sí debería,
tendría, podría haber dicho que sí y no dije nada o el si pero no o el
no pero sí, suenan a duda y huelen a inseguridad. De todas formas formas
no somos máquinas infalibles y por tanto no estamos programados a
responder siempre certeramente y de inmediato.
La duda en sí no es buena ni mala, la duda puede beneficiarnos si la resolvemos y aunque sea a posteriori, la duda nos ayuda a adptarnso al nuevo medio.Sin duda no hay creatividad, pues la creatividad se basa en darle vuelta a todo, pero también se basa en decidirse. O sea se duda pero se dan alternativas. Lo malo de la duda es instalarte en ella, usarla de refugio y de subterfugio y esconderse para no tener que pronunciarse.
Cuantas personas usan la duda para ocultarse en ella, hasta yo la uso a veces. Y la uso cuando me conviene y la utilizo cuando sé que mi respuesta va a hacer daño. Algunas veces me da igual hacer daño, todo depende de la persona que tengas enfrente y según el aprecio que le tengas, dirás una mentira piadosa o dirás lo que realmente estás pensando. Por tanto dirás que dudas y además quedas como dios, si tienes el arte de saber adornarla, le das una capa de flexibilidad y dices que dudas porque eres flexible y que nada es cara A y cara B, que hay puntos intermedios. Y esto es cierto relativamente y es relativo porque si no nunca te vas a pronunciar ante nada. Yo pienso que hay que tomar postura y después matizarla y son importantes las dos cosas, pronunciarte y matizar. Las dos son imprescindibles. Pero cuidado con la duda constante, puede ser como el árbol que no te deja ver el bosque. Aunque a mí, la duda que más me gusta resolver y por tanto no dudo, es esa que reza: "Ante la duda la más tetuda", yo aquí si que no dudo.
La duda en sí no es buena ni mala, la duda puede beneficiarnos si la resolvemos y aunque sea a posteriori, la duda nos ayuda a adptarnso al nuevo medio.Sin duda no hay creatividad, pues la creatividad se basa en darle vuelta a todo, pero también se basa en decidirse. O sea se duda pero se dan alternativas. Lo malo de la duda es instalarte en ella, usarla de refugio y de subterfugio y esconderse para no tener que pronunciarse.
Cuantas personas usan la duda para ocultarse en ella, hasta yo la uso a veces. Y la uso cuando me conviene y la utilizo cuando sé que mi respuesta va a hacer daño. Algunas veces me da igual hacer daño, todo depende de la persona que tengas enfrente y según el aprecio que le tengas, dirás una mentira piadosa o dirás lo que realmente estás pensando. Por tanto dirás que dudas y además quedas como dios, si tienes el arte de saber adornarla, le das una capa de flexibilidad y dices que dudas porque eres flexible y que nada es cara A y cara B, que hay puntos intermedios. Y esto es cierto relativamente y es relativo porque si no nunca te vas a pronunciar ante nada. Yo pienso que hay que tomar postura y después matizarla y son importantes las dos cosas, pronunciarte y matizar. Las dos son imprescindibles. Pero cuidado con la duda constante, puede ser como el árbol que no te deja ver el bosque. Aunque a mí, la duda que más me gusta resolver y por tanto no dudo, es esa que reza: "Ante la duda la más tetuda", yo aquí si que no dudo.

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