ARREPENTIMIENTOS (Filosofía de saldo)

Arrepentimientos, ¿que es eso?. Yo de lo único que me puedo arrepentir es de las veces que he tirado la piedra y he escondido la mano y de las cosas que no dije en el momento adecuado. En ésta vida he tirado muchas piedras y hasta alguna a mi propio tejado. A veces me he pasado tirando demasiadas y en otras, todas al mismo tiempo. Y en otras ocasiones, fueron menos cantidad pero bien selecionadas y por fin en otras, opté por  tirarlas porque sí, porque me apetecía. Éste tema no me preocupa en sí, lo que me preocupa son las veces que las he tirado y no reconocí que sí, que las había tirado. Esto se puede llamar cobardía y así se llama.

                              Y esto que digo tiene una relación directa con el momento en que te encuentres o sea que más cobarde eres cuanto peor te encuentres. ¡Menudo descubrimiento!. Es pura lógica, esto que digo, si uno no se considera o mejor dicho se considera una mierda, no tiene bemoles para hacerse cargo y responsabilizarse de sus actos. Y en consecuencia, empieza el juego de las mentiras, el falseamiento de la realidad cotidiana y todo se convierte en una gran mentira. Uno, como se ve como una larva que se arrastra por el suelo, no se ve capaz de enfrentarse a su realidad y todo lo que uno hace, lo hace a escondidas y siempre bajo el velo de la coartada. Es decir, cuando uno está así, echo un guiñapo, se inventa motivos que sean suficientes o coartadas falsas, que sirven para enmascararse o camuflarse.

                             La vida cotidiana de una serpiente es dura, pues si además de estar echo polvo, vas y le añades un montón inmenso de mentiras, aún encima tiene que estar al loro y que las mentira siempre coincidan. Me explico, como las mentiras se convierten en una bola de nieve, llega un momento en que no sabes lo que es verdad y lo que es mentira y eso te hace estar siempre tenso y con los cinco sentidos a pie de guerra. Llega un momento, en que se envuelven realidad y mentiras y ya es imposible saber distinguirlas. Al final, te vuelves un ser deprimido y con las defensas en alto, siempre al acecho. Y eso no es vida, es angustia, es miedo y es pánico en el cuerpo.

                           Y lo de no decir las cosas en el momento que toca, es una variante lo anteriormente explicado. Pues ya que estás metido en un mundo fantasioso y no ves la luz al final del túnel, simplemente seguirás mintiendo y por tanto ayudas a enterrarte vivo. Por eso insisto que yo sólo me arrepiento de esto, que ya es demasiado, lo demás lo sitúo dentro del terreno de lo imponderable, de lo que tuvo que hacerse y se hizo y por tanto entra dentro de los actos de la vida de cada uno y de eso no hay que arrepentirse, solamente hay que asumirlo y con sus pros y contras, con todo. Pues ese todo es la salsa de la vida y de esa salsa, sí que no me arrepiento..

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JULIO CORTÁZAR