¡BUENOS DÍAS! (Salutación)

Hoy son las 7 de la mañana de un sábado sabadete y una camisa nueva y un polvete. Antes que el polvete tengo que decir unas cuantas cosas, pues lo material, y un polvo es algo carnal, puede esperar y además ojalá tuviera ese problema, el tener que elegir entre pensar y echarme un polvete. Como queda más que claro, sólo me queda pensar, lo del polvete de momento lo aplazo, ¡qué remedio!.

                  Pues nada el día es de verano total, va a ser de esos días en que sol castiga sin compasión y de momento sólo tengo la música de fondo del canto de los pájaros. Entonces, buenos días a todos desde Menorca y vamos a comenzar de nuevo. Ahora uno o varios cafés y despues os sigo dando el coñazo.

                  Me he metido en mi sótano a currarlo, pues lo estoy adecentando y menudo curre me espera. Como se acumula a lo largo de la vida y mira que yo soy de no guardar nada o casi nada, pero con tres hijos, ¡hostia! como se acumula. Es lo único bueno de alquilar mi casa, bueno y la pasta gansa, claro, pero es verdad que si tienes que alquilarla te pones a fondo a pintarla, a limpiarla, en fin a dejarla como los chorros del loro. El otro día hablaba que las fotos son una potente arma de que afloren los recuerdos, pero también son los trastos. La piragua hinchable, que la última vez íbamos mis tres hijos y yo, por una especie de laguna que hay en una playa de Menorca y me acuerdo de los patos salvajes y la curiosidad de los niños por ellos. La colchoneta de la playa, que momentos más relajantes, flotando y mirando el azul cielo. Las pelotas de jugar al fútbol, al baloncesto, al padel, al pinpong. Todo esto fuí sacando hoy de mi sótano, todos éstos recuerdos inolvidables.

                  Después hay la otra cara, la cara perversa, en la que vas comprobando como se estropea todo, escalextric oxidado, coches escarallados, pelotas pinchadas, botes de pintura echos puré,.. Bueno un cúmulo de malos rollos, pero que también tienen su parte amable, pues de tan escarallados que están, te obligan a tirarlo todo. Soy un maniroto con tirar las cosas y después pasa lo que pasa, que echo cosas de menos, esas cosas que te invaden de recuerdos. pero si aún así, se acumla un huevo, figuraros si se me diera por guardarlo todo, entonces tendría que vivir fuera de casa. No hay nada mejor, que tirar de la exageración.

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JULIO CORTÁZAR