LOS CEREBRITOS (Lógica aplastante)

Algoritmos, protocolos, power point, toda esa modernidad que algunos como yo, les empieza a quedar un poco de más y eso que hice verdaderos progresos a lo largo de éste año, por lo menos referente al tema informático. Aunque en verdad no sé muy bien que tiene que ver el power point ,con los algoritmos y protocolos y entonces como decía Jack el destripador: vayamos por partes. Y recogiendo el hilo anterior a ésta pequeña pausa, ahora lo que no sé, pues lo aprendo, así de fácil. En todo, hay una parte de aptitud, me refiero que si se tiene interés y ganas y como decía mi madre, que en paz descanse, ambición, todo se puede aprender. Pero es verdad que llegado a un momento, en que ya no das casi cursos o ponencias o charlas o disquisiciones diversas, ya sea por las causas que sean, pues como que te vas anquilosando. Normal, lo que no se usa, se atrofia.  
              
                                 De todas formas hay una tendencia abusiva, como en las clásulas hipotecarias, a los protocolos y algoritmos, y parece como si fuéramos tontos, que para hacer un pequeño resumen ordenado ya me valgo yo mismo, ¡Hostia que no os enterais de nada!. Además que a mi me gusta la literatura y más si se aplica en la medicina, pues hay libros que son verdaderos tochos infumables, que están llenos de datos y más datos y son peor que leerse un listín telefónico, pero eso sí, viene todo. Me acuerdo que en medicina hay dos tipos de libros que confirman ésta historia y voy a poner un ejemplo: el Harrison, que es un leño de libro y grande y lo peor es que está hasta los topes de datos. Y después hay otro que a mi me resulta más académico, el Farreras, que tiene menos datos, pero es más didáctico o sea es un libro que intenta contar las cosas y en medicina son las enfermedades. Pues nada todos los exámenes y oposiciones se basaron y se basan en el puñetero Harrison.

                               Al parecer la Medicina es incompatible con la literatura o eso quieren hacernos creer, que no hay margen para el desarrollo de historias. Esas enciclopedias de datos, esas barbaridades y agresiones a la memoria, esos ladrillos de libros, son los que están de moda y es en los que se basan los ayatolás de la medicina. La literatura médica que quimera, que sueño de una noche de verano y a ver si nos enteramos, aquí en la medicina hay que saber y saber equivale a conocer y que tú cabeza eche humo con esa salvajada de datos.

                               En Medicina no entra el razonamiento o no entran las conclusiones lógicas, cuando en realidad éstas son herramientas tan válidas, como el ejercicio de la memoria. Como si no se pueden ir descartando cosas o patologías sin una técnica lógica, que ayude a relacionar y a descartar y después pasa lo que pasa, que hay médicos que son compendios andantes y todo su razonamiento es estadístico, que si se dá en 90% o si se dá un 15% y de ahí no salen, de su cálculo estadístico y no son capaces de aplicar la lógica y menos mirar a la cara del paciente, que la cara y el aspecto, dicen mucho más que mucho. Pero yo no soy un ayatolá de nada y lo mío es gritar por lo bajines, porque tampoco soy tan alto, pero esto que digo, no resta un ápice de tener la razón. La razón nació y se crió en mentes marginales, siempre fué así, y para que se extienda como una mancha de aceite, hace falta gritar muchas veces. Y éste tema tiene mucha miga y ya volveré sobre él.

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JULIO CORTÁZAR