LA PROFUNDIDAD

    No es esa la cuestión, la cuestión es aclararse y dilucidar lo que realmente quieres, lo que realmente quieres, digo. La realidad es cambiante y cada día puede ser distinta, pero siempre subyace algo en común, algún nexo común a todas ellas y ese nexo suele manifestarse en forma de deseo. Un deseo suele ser abstrato, deseo ser feliz, deseo estar bien, deseo que me quieran y este deseo lo aplicamos a cada realidad que vivimos y viene la época de rebajas: deseo estar bien esta tarde o ser feliz esta noche o que hoy alguien me quiera. Así que en el fondo manejamos el deseo según las circunstancias y las necesidades de cada momento, porque si no hiciéramos iríamos de culo, pues sería fustrante no conseguir nunca ese estado del ánimo total o absoluto y por tanto lo vamos relativizando.

                    Y todo esto no sé a lo que viene y supongo que simplemente será eso, una paja mental sin más. Mis deseos de hoy no son muchos, por lo menos en estos momentos en que aún estoy empanado, es más, estoy más preocupado por las cosas pendientes, que en que se cumplan mis deseos existenciales. Hay días que son así, que estás impregnado de pragmatismo y tú meta es esa, cumplir lo estipulado y después ya veremos si hay sustancia de fondo y puedes dedicarte a cultivar tus ideas o tus deseos.

                   Mirar la profundidad de mis pensamientos: sólo pienso en que voy hacer de comida y en el ancho de la alcachofa de la ducha y no por meterme la alcachofa por el culo, sino porque tengo que cambiarla. Profundo eh!!, tan profundo que me asusto. La comida y la alcachofa, la alcachofa y la comida, mis dos deseos de hoy, mis metas, mis quimeras, para que se diga que la vida no es simple y sencilla y que con cualquier cosa no te conformas. Adiós a lo utópico, adiós a pensar y a comerse el coco, adiós a los sentimientos y a las sensaciones, adiós a todo, que yo me quedo con mi alcachofa y mi comida. ¿Como se llama conformismo o pragmatismo?, pues se llama simplemente, que esto es lo que hay y me da igual como se llame.

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JULIO CORTÁZAR