Podía decirlo más claro,
pero no quiero,
lo claro a veces hace daño,
sino lo hace siempre.
Sé puede ser más claro,
y serlo más que la luz intensa,
o más que un claro del bosque,
y si, si se puede ser más claro,
y serlo tanto o más que la luna llena,
o más que el resplandor de la nieve.
Podía ser más claro,
y pensarlo y decirlo claramente,
y poner los puntos sobre las ies,
y con las palabras adecuadas y justas,
y si, si se puede ser más claro,
más claro que tús ojos claros,
más claro que tús transpariencias,
y también más lúcido,
más nítido y hasta más punzante,
y de ser tan claro, temo hacerte daño.
Yo puedo ser más claro,
pues mis ideas son claras de huevo,
y en cambio me contengo,
y será por miedo o por respeto,
pero prefiero que la claridad me quede dentro,
y son opciones estratégicas,
o son posturas tácticas,
y desde luego, lo que no son,
lo tengo más que claro,
tan claro como luz de una bombilla,
o mismo, como la luz de una cerilla.

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