SER DE IZQUIERDAS (Opinión)

No hay consecuencia sin principios, pues sin principios no hay nada. ¿Como medir si no la consecuencia de uno?, si no es en base a unos principios preestablecidos y a otros que se van introduciendo por el camino y que no sean incompatibles con los primeros, pues que no tendríamos una vara de medir válida y con la que se pueda sopesar la consecuencia de tús actos. Y si por el camino decides cambiar de principios, pues se cambian, pero sabiendo que lo has cambiado y así no te engañas y no engañas a los demás. Si los principios se mezclan sin saberlo o sabiéndolo, pues se enturbian y lo que era nitido y evidente, se va volviendo turbio.

                                       Y eso es que lo que les fue pasando a los politicos de la pseudoizquierda y me refiero a los del PSOE. Que siempre carecieron de principios, bueno tuvieron algunos heredados del antiguo Psoe de la republica y con esa careto de gente legal, ganaron sus primeras eleciones. Y ganaron otras y otras, al mismo ritmo que sus principios endebles se iban apagando y al final hablaban de ser izquierdas y ya eran unos ladrones sin principios, unos corruptos sin escrúpulos.

                                      Ser de izquierdas tiene unos ciertos principios, generales sí, pero principios. Tú deber es defender al pueblo y luchar contra la explotación y las marginaciones. Tú deber es compartir y ser solidario. Tú deber es ser claro y consecuente, es ser sincero y autocrítico, en fin es ser persona de izquierdas.

                                     Claro que de tanto manoseo del término de izquierdas y que además lo hicieron con toda su intención, la de enturbiar el término, pues al final ya no se sabe muy bien que es ser de izquierdas. El que tuvo retuvo y el que no tuvo, nunca tuvo nada. Hay gente y personas de Izquierda Unida que aún tienen algo de esa ideología y digo algunos, otros de tanto meterse en batallas internas y de usar todo tipo de suterfugios y que a veces rayaban con prácticas represoras y pseudofascistas, se les fue olvidando la ideología de la que partían y ya se sabe que el hábito hace al monje y el monje resultante ya le queda poco de ser de izquierdas.

                                          Pero en todos sitios cuecen habas y ahora no estamos en momentos de sólo sacar los trapos sucios y digo sólo, porque siempre y siempre hay que sacarlos. Pero vamos a sacar los aspectos positivos y ojalá que se cumpla un deseo y que sea un deseo compartido: que de una vez por todas, haya una fuerza o un movimiento o lo que sea, que por fin aglomere o aglutine a todas las personas de izquierdas. Es un deseo y por tanto un sueño y en conclusión una quimera. Pero que sería de mi, sin mi utopía, pues no sería nada, nada de nada. Por eso a mi sueño lo dejo tendido en el suelo y sólo lo dejo por si acaso, por si hay alguien que le interese soñar conmigo.
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JULIO CORTÁZAR