¿Como era?, los inmigrantes de pateras o sin pateras, no pueden entrar en las fronteras europeas. Vale de acuerdo, que remedio, pero pongamos las cartas sobre la mesa y hagamos que el juego sea mutuo y entonces los europeos no pueden entrar en África. A que ya no vale para algunos, para esos algunos que son los que prohiben la entrada de inmigrantes en Europa y al mismo tiempo expolian Äfrica. Y ya para más recochineo, los inmigrantes muertos en Lampedusa, se les concede el pasaporte italiano y a los supervivientes se les pone una multa de 5.000 euros. Por lo menos que no lo hagan tan descarado, decirnos que un africano vale más muerto que vivo.Y no sólo eso, resulta que se castiga el intentar ser humano y solidario. Pues a la persona que intente ayudar a los inmigrantes será castigado y multado. Y eso era lo que faltaba para dar rienda suelta a la xenofobia, esa xenofobia que está tan arraigada en el fondo de nuestras almas tan europeas. Entonces ya hay excusa, los inmigrantes son peor que perros, pues se demuestra más compasión por estos animales, que por esas personas (aunque los perros también deben tener su dosis compasiva, pero lo que yo digo, es una metáfora). Como sino se explica, que esas barcazas en la que iban hasta los topes, fueran avistadas por barcos pesqueros y ni uno hizo nada, quizá alguno llamó diciendo lo que había y en cambio de ser castigados por falta de auxilio, pasa al revés, serían castigados por echar una mano. El mundo del revés, un mundo siniestro y que se autoproclama democrático y humanitario. Cada día que pasa, se me cae un trozo de mi alma al suelo.
. ¿Y esto es libertad y democracia?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario