Y hoy es día 7 de Noviembre y es jueves. Por aquí seguimos al pie del cañón y sin movernos del sitio. Se está haciendo larga y muy larga mi recuperación económica, puedo decir que llevo más de un año de ajustes y reajustes y hasta puedo decir, que ya me he despedido yo mismo varias veces, pero la cuestión es que se va notando y no lo digo porque mi bolsillo de momento lo note, pero si se nota a nivel de ir resolviendo pufos pendientes. Varias veces se me ha ocurrido ponerme un ERE y despedirme varias veces, pero siempre acabé readmitiéndome. Esto más o menos y referente a otro tema, es lo que hizo el Felipe González, que fundó una Fundación para estudiarse a si mismo. No está mal la cosa, el ve que en vida no le ponen estatuas por las plazas, ni que a éste paso le den un Premio Nobel y entonces para que está Maquiavelo, pues Maquiavelo está para darle una idea. Monto una Fundación en vida y de paso le da un repaso a su vida, que si no me reconocen por las buenas, me van a reconocer por cojones o lo que es lo mismo, por pesado.
De paso el tío se montó el chiringuito dando curre a parte de su familia y al frente de la Fundación del Ego, puso a una de sus hijas y en otros carguitos, a algún familiar más. Yo me lo guiso, yo me lo como y yo me doy bombo y me adulo lo que quiero. En estos tiempos de miseria, va un "socialista" de mierda y se dedica a darse el autobombo y a cultivar narcisos en su huerto. Felipe, ya sé que te gustas y a veces te comerías a besos, pero moderate un poco ante el espejo y no te gustes tanto, que tampoco eres para echar cohetes. Ni fuiste tan bueno, ni hiciste tanto, más bien lo contrario y en tal caso el único mérito que tienes es el de fundar la escuela de los juegos de palabras o no fuiste tú el que hizo campaña a favor de la Otan, diciendo: "Otan de entrada sí" y aquí si que fundaste algo, la escuela del engaño.
Han pasado años y años y seguimos en la entrada y ahora para más inri, sin ver la salida. Pero bueno ya sabemos de que va la cosa, de envolverte en una bandera que lleve tú cara y el puño raído por su mal uso y con la rosa marchita, ¡que pena de socialismo pastelero!. Después hablan del PP y de su manía por cambiar los nombres de las cosas y ellos si que debían reconocerte como el gran maestro de cambiar las palabras y vaciarlas de contenido. Bueno el PP y Zapatero, tanto monta, monta tanto.
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