Y hoy la mañana es clara,
y límpida y brillante,
y brillante como un diamante,
y todo es fresco y huele a vida,
y la vida rezuma haciendo gotas,
gotas de rocío húmedo y frío,
gotas de sudor de campo,
gotas de mar mediterráneo,
y yo me siento plácido y tranquilo,
y respiro a fondo el aire frío,
y dejo que penetre hasta el fondo,
y que se intercambie con mi sangre,
y eso me colma de energía,
de energía que me da la vida,
y que me recarga en el día a día.
Entonces yo me sosiego,
y me dejo llevar por el viento,
y me dejo mecer entre aguas cristalinas,
y visito todos los rincones de mi Isla,
y contemplo las cosas vivas,
y como evolucionan por si mismas,
y como todo sigue en su orden caótico,
y si un acebuche crece más que los demás,
pienso que es, porque quiere mirar el mar,
y si una lagartija corre mucho,
es porque no se quiere perder la vista,
y si un conejo corre más que un perro,
es porque quiere seguir con vida,
¡todo en orden!, me digo,
y ya puedo volver a mi sitio,
de vuelta a casa yo ya soy otro,
soy una persona con vida en sus venas,
soy un halcón que vuela a ras del suelo,
soy un volcán a punto de explotar,
y soy un dios con cuerpo de carne y hueso.
Después descanso un instante,
y me quedo con los ojos en blanco,
y congelo ese momento en mi memoria,
y ya y por fin, me levanto satisfecho,
y con la sensación del deber echo,
y aquí sí,
aquí si que empieza un nuevo día.
y límpida y brillante,
y brillante como un diamante,
y todo es fresco y huele a vida,
y la vida rezuma haciendo gotas,
gotas de rocío húmedo y frío,
gotas de sudor de campo,
gotas de mar mediterráneo,
y yo me siento plácido y tranquilo,
y respiro a fondo el aire frío,
y dejo que penetre hasta el fondo,
y que se intercambie con mi sangre,
y eso me colma de energía,
de energía que me da la vida,
y que me recarga en el día a día.
Entonces yo me sosiego,
y me dejo llevar por el viento,
y me dejo mecer entre aguas cristalinas,
y visito todos los rincones de mi Isla,
y contemplo las cosas vivas,
y como evolucionan por si mismas,
y como todo sigue en su orden caótico,
y si un acebuche crece más que los demás,
pienso que es, porque quiere mirar el mar,
y si una lagartija corre mucho,
es porque no se quiere perder la vista,
y si un conejo corre más que un perro,
es porque quiere seguir con vida,
¡todo en orden!, me digo,
y ya puedo volver a mi sitio,
de vuelta a casa yo ya soy otro,
soy una persona con vida en sus venas,
soy un halcón que vuela a ras del suelo,
soy un volcán a punto de explotar,
y soy un dios con cuerpo de carne y hueso.
Después descanso un instante,
y me quedo con los ojos en blanco,
y congelo ese momento en mi memoria,
y ya y por fin, me levanto satisfecho,
y con la sensación del deber echo,
y aquí sí,
aquí si que empieza un nuevo día.

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