MUERTE, TE BUSQUÉ (Poema)

Te busqué,
te juro que te busqué,
te busqué entre los bosques de abetos,
y seguí tú rastro entre las hojas caducas,
y removí lápidas y tumbas,
y crucé a nado ríos y lagos,
y  llegué tan lejos  y tan lejos llegué,
que vi como nevaba en el desierto del Sáhara.

Te busqué,
te juro que te busqué,
y escalé por precipicios y montañas,
y me sumergí por debajo de los hielos,
y  jamás me cansé,
y eso que a veces dudé,
 y dudé tanto de encontrarte,
que la duda se hizo mía,
pero después la duda fue mi estimulo
 y mi compañera de viaje,
fue mi luz ciega,
y mi dama de la noche,
y yo te busqué entre las zarzas y las piedras,
entre helechos y cuevas,
y entre los límites del miedo,
y jamás te encontré, ni te vi,
ni siquiera escuché un murmullo lejano,
ni una sílaba suelta,
ni un grito de socorro,
y menos oí, un te quiero,
o un sin ti me muero,
nada, no escuché nada,
y tanto fue el silencio de tú boca,
que pensé que ya te había perdido.

Pero te juro que te busqué,
y es verdad que te di por perdida,
me debilité y aflojé mis alarmas,
y ahora de repente,
vas y apareces de nuevo,
tal cual viajera del tiempo,
y yo sé que vienes desde el otro lado,
del más allá y desde el reino de los muertos,
y eres un ánima, un espectro,
un alma resentida y vengativa,
y ahora eres tú la que me buscas a mi,
pues te digo, que yo estoy aquí,
estoy yo de pie y mirando al frente,
digno y orgulloso y muerto de miedo,
y sólo espero el momento definitivo,
y en el que mi cuello lo corte tu guadaña,
pues muerte..., yo te hablo claro,
muerte yo te espero,
y yo te espero ahora y te esperaré siempre,
pero eso sí, con mucho miedo.

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JULIO CORTÁZAR