Ahora tengo mi estufa de leña a todo trapo y se oye como música de fondo el sonido del fuego, ya sabéis esos chispazos grandes y pequeñitos. Y el calor, el calor que transmite. No hay mejor calefacción que el calor de la leña y sé que la leña es guarra, pero también es guarra la vida y aún así vivimos en ella y con ella. ¡Guarras hay tantas cosas!. Acaso es poético el hecho de cagar o de mear y sentarse en un pequeño trono para cagar y tal como si fueras un rey, el rey de la cagada o de la mierda.Aunque lo que es yo, no cambio mi trono de cagar por ningún otro trono. Mi trono de cagar es cómodo y es el más íntimo de mis amigos. Acaso hay alguien que conozca mejor nuestros secretos íntimos y esas conversaciones que tenemos con él, ahora el ploff del agua, ahora un pedo y ahora una sardina que salta en el agua. Además mi trono tiene una biblioteca a mano, las revistas y periódicos siempre van a parar a éste sitio y hasta a algunos los escojo para semejante evento: Estoy leyendo algo y según la profundidad del artículo, lo dejo en el baño y para después leerlo en el momento culmen o en el momento más profundo.
No hay mejor amigo que la taza del water, aunque a mi me gusta más, lo del trono, pues es una forma mejor de rendirle mis respetos. Y además cuando lo haces tuyo, ya no hay forma que puedas cagar en otro sitio y si lo tienes que hacer y porque no tienes otro remedio, lo haces incómodo y siempre inquieto y entonces, lo haces rápido, y eso supone, que no quedes plenamente satisfecho. Y los azulejos que siempre ves y que ya conoces uno por uno, esos azulejos con los que juegas a hacer caras o rostros siempre cambiantes. En el trono, aparte de cagar y de mear, uno se inspira y juega a ser creativo. La creatividad inunda e irradia dentro del water y mientras piensas en eso, escuchas el ploff!! de cuando cae la última cagada, la que siempre te salpica el culo.
Y lo de mear. Lo de mear ya es más aburrido, solo tienes que tener un cierto control de la situación y mear dentro del water. Pero uno no puede distraerse, pues sino el chorro de la manguera se va fuera de sitio y ya aparecen las típicas salpicaduras a los lados del trono, las típicas salpicaduras que identifican a los hombres.Y no me extraña que las tías quieran usar otro water, pues los hombres somos mucho más guarros que ellas y si sólo meáramos por fuera, aún tenía un pase, pero es que dejamos las tapas del water bien regadas, espléndidamente regadas.A veces cuando uno mea se aburre y se fija si dentro del trono queda alguna avellana suelta, de esas que están echas de mierda y bien pegaditas y entonces uno se entretiene en dirigir el chorro hacia ella, a ver si así desaparece. Como veis hay mucha vida dentro de un water, hay más vida de la que imagináis, es más yo diría, que todo es vida dentro de él, vida, imaginación y sobre todo creatividad, creatividad a raudales. ¡EL WATER ES EL REY DE LA CREATIVIDAD!
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