NUEVO AÑO Y DESEOS RENOVADOS

Bueno ha acabado el año y ahora qué, en qué nos ha cambiado la vida, salvo que antes estábamos en 2.013 y ahora estamos en 2.014. Pero a nosotros ¿en que nos influye ese cambio de número?, ¿nos cambia el día a día, nos cambia nuestros objetivos?. En el día a día nada cambia, el mismo horario, el mismo sueldo congelado, el mismo Gobierno fascista y patatero, los mismos decretos ley, el mismo trabajo y sí, si hay una excepción y es que nos han subido los precios de materias básicas, luz, gasolina y.... mucha más que vendrán detrás.

 Es buen momento para subir de precio las cosas, todos estamos enfrascados con los regalos de Reyes y eso es lo que importa, hacer milagros económicos para los regalos, después ya vendrá el calvario de los próximos meses (pensamiento pragmático). De todas formas, la cosa ha cambiado en los últimos tiempos y ahora uno no se empufa hasta las cejas como se hacía antes y no lo hace porque no puede. no hay forma de pagar después los pufos de Reyes.

Y en los objetivos que tenemos o que nos marcamos, ¿qué cambios hay?, pues ninguno pero muchos. Pues los objetivos son los mismos el día 31 de diciembre que el día 1 de enero, lo único que cambia son las ganas, las ganas de realizarlos. Se quiera o no, éstas fechas influyen en nuestras conciencias y todo dios se hace un somero balance del año anterior y se marca nuevas no, las mismas metas pero lo que cambia, son las ganas.

Y lo de las ganas es un salto cualitativo, pues con ganas se puede hacer todo. De todas formas siempre hay de todo, hay quién no le echa ganas a nada y ya sea en éstas fechas como en otra cualquiera y hay quién le echa ganas con exceso y se plantea demasiadas, o sea muchas y algunas irrealizables y por eso del que llora siempre mama. Algo caerá, se dicen. Pero estos también la llevan clara, nada cae por su propio peso, las cosas caen si las planificas y luchas por ellas y no solamente las pides y alguna me caerá y por mi cara bonita.

Y por último son fechas en que impera el pensamiento positivo y aunque estemos con el agua al cuello. Se pide que todo lo que nos ocurra en el año sea bueno, lo malo se olvida o se deja de lado y se razona de la siguiente manera, ¡quedan muchos meses del año para que nos pasen cosas malas!. Y es que te aferras a lo bueno, es como volver después de unas largas vacaciones y en que lo último que deseas es volver a tu realidad cotidiana y ya sabemos todos, que la realidad cotidiana tiene muchas cosas malas.

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JULIO CORTÁZAR