Bueno, pues acabo de llegar de volar. Sí de vez en cuando me subo a mi jet privado y me doy una vuelta por los alrededores, así cojo perspectiva de las cosas. Desde la altura se ve cada cosa y cada objeto más pequeños y por ejemplo sabes que los problemas están ahí abajo y que no se ven, pues eso te reconforta. Si fueran grandes tendría que verlos, piensas como consuelo. Y lo de mi jet, es una fantasmada, porque de mío no tiene nada, es un avión ambulancia y en el que realizo traslados de pacientes críticos o sea a punto de espichar o casi. ¡Hombre alguno se salva!.Y ahora hacía días que no volaba y me sentó de miedo el ir volando por los aires. Desde esas alturas te das cuenta que somos una mierda pinchada a un palo y que si no sales de tu casa los problemas cotidianos se convierten en irresolubles o sino sales de tu barrio o pueblo o ciudad, es decir, si no sales de tu entorno cotidiano o habitual. Algunos para eso usan las drogas y se meten un chute o se fuman la droga o se la tragan o se la comen o se la meten por el culo, el problema está en que llegan a un momento donde esa droga resulta otro problema añadido, la dependencia.
Y al final lo que era una salida fácil y escapista, va a resultar ser el principal problema que tienes. Porque una vez alcanzada ésta fase todos los problemas se convierten en uno, conseguir más droga. La dependencia, la dependencia a una sustancia es peor que la dependencia a una persona. En principio no, pues la sustancia no te recrimina nada, pero a medida que vas aumentando la dependencia el hecho de que la sustancia sólo te pida más sustancia te lleva a eso, que cuando quieres dar marcha atrás estás más colgado que un piojo.. Por lo menos si te cuelgas de una persona, tendrás broncas y peleas y eso te hará pensar más en la situación en que te encuentras. Las drogas son más sutiles y calladitas, poco a poco te van chupando la sangre, el cerebro y el cuerpo y al final eres un animal que sólo tiene sed de droga. Las drogas te cambian de arriba a abajo, te cambian la forma de pensar, de vivir, de sufrir, de amar y de soñar. Y la dependencia es tan brutal que llega un momento en donde te cambian las escalas de valores y lo que pensabas que nunca ibas hacer, pues lo haces y en nombre del "mono".
Con lo sencillo que es coger tu Ferrari descapotable y acercarte a tu jet privado y le dices al piloto, hoy vamos a Buenos Aires y te sacas la botella de wiski para el viaje. Aterrizas al otro lado del charco y te está esperando una limusina y le dices al chófer, lléveme a un sitio de marcha, pero que sea un sitio con clase y de paso pasamos por el Hotel Sol del Este, que antes quiero darme un baño en el jacuzzi. Después de lo que hayas echo en esa noche loca, que ni lo sé y ni me importa, vuelves al avión y de nuevo rumbo a Menorca. ¡Así de fácil es! y esto está al alcance de cualquiera.
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