Después del temporal viene la calma y después de comer viene el postpandrio y en ese justo momento, yo me encuentro. Me encuentro como una boa digiriendo un caballo y además estando al solete, mejor dicho bajo el amago de solete que hace hoy. Está nublado y no si hace o no, pero yo tengo frío. Como decía el otro, el frío es ancestral, el frío se lleva marcado si pasaste frío en tu infancia. De aquellas no había calefacción y me acuerdo que nuestro apoyo calorífico, era una estufa de butano y que además de calentar muy poco, atufaba a gas.Había una chimenea. Pero encender de aquellas una chimenea parecía un lujo o por lo menos lo era para mis padres. Aunque viéndolo desde la perspectiva que tengo hoy en día, no lo hacían por dos cosas: una y por parte de mi madre, que la leña ensuciaba y por parte de mi padre, pues que era simplemente una trabajera más. Y en Invierno o te pegabas a la asquerosa estufa de butano o te congelabas entero. Lo peor que recuerdo era el meterte en la cama, las sábanas parecían dos láminas de agua.
El frío húmedo de mi infancia y que se ha quedado incrustado en mis huesos ya un tanto viejos y por eso ahora me considero friolero. Y el frío que peor soporto es el de los pies, pues con los pies fríos yo no duermo y es más no soy capaz de pensar en nada, solo me obsesiono en que tengo los pies fríos. No sé, a veces echo de menos un cuerpo a mi lado, un cuerpo que me de calor y cariño, pero sobre todo son mis pies los más necesitados de calor humano. Claro que esto lo digo pensando que los otros pies estén calientes y me irradien calor humano, pero si estuvieran más fríos, también hay muchas formas de calentar los pies ajenos e incluso los propios.Bueno no me voy a poner sentimental. Y no me voy a poner y no porque pase nada, pero es que en éste momento no me apetece andar por veredas cariñosas. Prefiero una buena dosis de realismo soviético y tener en cuenta la importancia de la lucha de clases para calentar los pies de uno. Las barricadas en llamas calientan hasta los muertos y correr y tirar un coctel molotov y salir escopetado, eso te calienta el cuerpo y hasta te calienta la sangre fría. Nosotros somos seres de sangre caliente y por eso irradiamos calor humano y ese es el mejor calor para el cuerpo, pero ese calor ni se compra ni se vende, ese calor tiene que ser compartido y consentido y por eso, no conviene obsesionarse con él, llegará y cuando menos te lo esperes tendrás un cuerpo a tu lado. O eso es lo que quiero pensar o acaso, ¿es un pensamiento utòpico?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario