QUÉ CUELGA MÁS, ¿ESCRIBIR O DORAEMON?

Y bueno y son las 8 de la tarde y esa tarde tan esplendorosa y que iba a durar más que la película de Ben-Hur, se ha pasado como pasa un silbido y no me he enterado de nada. Hice cuatro cosas y ya está, ya estoy aquí de nuevo. Sí con las sensación del deber cumplido, pero estoy vacío de palabras escritas. Porque escribir cuelga y cuelga mucho y ponerte delante del portátil te hace poner las pilas y lo que no pensabas antes, pues lo piensas ahora. Supongo que esto pasa cuando te cuelgas de algo, pues al principio no era así, para escribir algo, lo tenía que pensar y escribir mil veces.

El escribir cuelga, pero que creo que cuelgan más los hábitos y si yo tengo el hábito de sentarme aquí y delante de éste pequeño ordenador, pequeño pero matón, pues ese acto me cuelga y me cuelga en si mismo, pues a veces no soy capaz de escribir nada y permanezco fielmente aquí sentado y esperando la llegada de mi musa o de mi demonio, según se vea. Acabo de cenar y mientras lo hacía, mi hijo pequeño me contaba que había un gran problema y una noticia muy triste, pero muy triste Papá y es ¡Que sé murió Doraemon!. Y yo no puse a saltar de milagro y no lo hice, porque mi hijo estaba realmente dolido y sentido. Aparte que yo no me creo que Doraemon se muera, ¡es imposible!, pues ese gato cursi, resurgiría de sus cenizas, como el Ave Fénix.

Cuantos años aguantando el puto gato de mecano y su bolsillo mágico. Con los niños mayores ya pasé un calvario y va el pequeño y prolonga la tortura. No sé si decirle que sí, que si ha muerto y que por respeto al fiambre, nosotros declaramos 1 mes de duelo. ¡1 mes libre de Doraemon!, ni yo me lo creo. Pero a ver quién es el guapo que se lo dice, yo no, desde luego y porque después me caería un chaparrón de porqués y porqué se ha muerto y como se murió y su bolsillo mágico murió también y Nobita? y la niña resabidilla y... y ...y.

Y como en el fondo soy un ser egoísta y si ya odiaba previamente al bicho o gato, pues figuraros ahora el hartazgo que me esperaría. Además que todo hay que decirlo, el puto Doraemon de mierda, me ha salvado muchos ratos y tardes y mañanas y casi todos los días. Solo tuve que sufrirlo viéndolo al principio, después también lo seguí sufriendo, pero más suavemente, pues solo me tocó escuchar esa voz repipi de gato. Éste gato metálico, debe tener 7 vidas como tienen todos los gatos  O sea que si ya murió una vez, aún le quedan seis. Éste puto gato me entierra a mí y a muchos de vosotros, ¡qué de esto no se libra nadie!.

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JULIO CORTÁZAR