Bueno pues ya tengo que preparar todos los avíos de guerra, que no es ninguno en especial, el uniforme y dos bocatas, pero mentalmente tengo que ir preparado. ¿Yo no era de los que pedía guerra?, pues mis deseos se cumplirán con creces, bueno habrá tripas y tendones y músculos y huesos machacados y con ese olor de fondo tan característico, el olor a priva o a Ginebra. Pero bueno eso será en la primera oleada, en la segunda ya ni te enteras, pues el olfato se te queda atrofiado, pues esa mezcla de olores tan fuertes, como son el olor de la sangre, el olor del sudor y el de la ginebra, te hacen una película sobre la Pituitaria, que te impiden percibir esos olores tan característicos.
Y sino a joderse y a taparse las fosas nasales. Desde luego para mí va a ser una verdadera fiesta de los sentidos, olores, sabores, tactos y visiones y todas un tanto surrealistas, pero así es la vida y la vida es surrealismo puro y duro. Y mientras unos se pisan por ver a los caballos y a sus jinetes y que casi se pelean por ello, a otros nos toca repararlos para que sigan su fiesta. Supongo que después de ésta y para el próximo año, veré ésta fiesta desde el otro lado y seré una más en el tumulto de la masa humana. Porque hay que ir probando los dos lados, claro que eso pasará, si para el año tengo ganas de fiesta y a lo mejor solo tengo ganas de quedarme en mi casita.
Bueno pues lo dicho, directamente al toro y a cogerlo por los cuernos. Éstas cosas no tienen un punto de precalentamiento y de ir poco a poco o te zambulles en ellas o huyes despavorido. Lo peor es estar pensando previamente en ello, pues suele pasar que cuando llegas a las trincheras simplemente te metes en ellas. O sea que lo dejo y porque no tengo otro remedio, pues es la hora de partir hacia la guerra. Bueno ya os contaré a la vuelta algunas anécdotas sobre tripas, huesos, músculos y flotando entre ríos de sangre.¡Qué bonito! y joder, ¡qué divertido!.
Y sino a joderse y a taparse las fosas nasales. Desde luego para mí va a ser una verdadera fiesta de los sentidos, olores, sabores, tactos y visiones y todas un tanto surrealistas, pero así es la vida y la vida es surrealismo puro y duro. Y mientras unos se pisan por ver a los caballos y a sus jinetes y que casi se pelean por ello, a otros nos toca repararlos para que sigan su fiesta. Supongo que después de ésta y para el próximo año, veré ésta fiesta desde el otro lado y seré una más en el tumulto de la masa humana. Porque hay que ir probando los dos lados, claro que eso pasará, si para el año tengo ganas de fiesta y a lo mejor solo tengo ganas de quedarme en mi casita.Bueno pues lo dicho, directamente al toro y a cogerlo por los cuernos. Éstas cosas no tienen un punto de precalentamiento y de ir poco a poco o te zambulles en ellas o huyes despavorido. Lo peor es estar pensando previamente en ello, pues suele pasar que cuando llegas a las trincheras simplemente te metes en ellas. O sea que lo dejo y porque no tengo otro remedio, pues es la hora de partir hacia la guerra. Bueno ya os contaré a la vuelta algunas anécdotas sobre tripas, huesos, músculos y flotando entre ríos de sangre.¡Qué bonito! y joder, ¡qué divertido!.
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