LA GRANJA

Agudiza el ingenio, agudiza el ingenio me decía cuando me encontraba trabado y ahora volví a tener la misma sensación y sin darme cuenta me dije lo mismo, ¡agudiza el ingenio tío!. Y no agudizo nada y porque me falta material para hacerlo, no hay clarividencia, no hay una idea suelta. Los pensamientos no se fabrican, los pensamientos se tienen o no se tienen y yo estoy esperando a que se caiga alguno de mi cerebro podrido.

Y mira que hay pensamientos sueltos, hay tantos como granos de arena de una playa. Y están ahí y están aquí y están por todas partes. Yo me considero un cazador de pensamientos, pero un cazador que no mata a sus piezas, si no que las cojo cuando puedo y después las desarrollo. A veces me gustaría cogerlos por los huevos y cortarles las alas, así sé que no se irían nunca de mi lado. Vamos, que montaría una gran granja de ideas o de pensamientos.

La Granja de Bruno, patos, gallinas y gansos y un estanque en el medio para que cagaran en él y porque es muy bonito tener estos animalitos, pero como animalitos que son, cagan y cagan mucho. Yo lo sé porque lo he vivido, de hecho en mi infancia siempre tuve cerca a este tipo de bichos y puedo asegurar que cagan más que las personas y pronto ese estanque tan romántico y bucólico, se llena de mierda y hasta los bordes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR