TODO ES POR CULPA DEL GOBIERNO

Ya se va acercando la hora del sacrificio y no es precisamente la hora bruja y que ponga a dar vueltas alrededor de una hoguera, es la hora de joderme y para preparar los avíos y para ir a uno de mis curres. Y otra noche más en las antípodas del sueño, otra noche más de dormir a medias, otra noche de desvelos y de levantarse varias veces, de querer cargarme al que venga a tocarme los cojones y me duele aquí y tú pensando por tus adentros, pues jódete y ojalá te duela más, coño.

Porque yo hice un juramento hipocrático y deontológico, pero ya no me acuerdo de lo que juré, pude jurar tranquilamente que ante el dolor ajeno no hay como una patada en los huevos o mira tío, aquí es donde te duele, pues ahí voy a tocar con saña y hasta que retuerzas de dolor. Además no dicen, que el dolor es necesario y que es signo de aviso, pues nada que dejémosle que cumpla su función de alarma fisiológica.

 Si ya sé que hay dolores inhumanos, pero yo hablo de otro tipo de dolores, hablo de los dolores pequeños y que si el tío que te reclama como médico, tuviera dos dedos de frente se tomaría una aspirina y no vendría a tocarme los cojones. Pero no, hay gente sin luces y como diría el otro, al fin y al cabo todo es culpa del Gobierno. Hay persona así, que si tropiezan con una piedra en medio del monte y además es de noche, que también es culpa del Gobierno. Bueno mientras no tenga que leer sus panfletos infumables, todo va bien, el problema es que a veces se cuelan por algún sitio y entonces el que se cuelen, es también por culpa del Gobierno.

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JULIO CORTÁZAR