Yo, entre la general claridad de mis pensamientos, tengo algunas sombras, sombras a veces crónicas y de vez en cuando alguna aguda. Pero en definitiva, tengo sombras y a lo que voy, éstas sombras son tan necesarias como el tener las ideas claras y porque sino sería un dios en la tierra y soy un dios pero dentro de mi universo. Es decir dentro de mi Universo el polo que gana es el positivo y porque en general me siento contento con la vida, pero eso no quiere decir el que no haya agujeros negros o sombras.
Si todo fuera claro y brillante ¿qué referencia tendría yo para saber lo que es claro y brillante?. Pues ninguna y por eso es necesario tener de referencia a las sombras, pero no para quedarte en ellas, sino para entrar y salir de ellas y en ese flujo constante. O sea yo veo al mundo desde el espacio y mantengo esa distancia tan necesaria para no dejarme llevar por la claridad desbordante y para no dejarme comer por las sombras. Un mundo sin sombras sería un mundo pastelero, en donde todo sería dulzura empalagosa y hasta los ángeles serían de caramelo.
A mi de vez en cuando me gusta darme un viaje por las sombras, pues me gusta su ambiente raído y surrealista. Me gusta lo cutre, me gusta lo viejo, lo desvencijado, lo que está a punto de romperse y esa estética puede resultar deprimente, menos para mí. A mi me da fuerzas, me estimula, me hace creer que puedo ayudar en algo y no sé el porqué ni el como, pero si sé, que así lo siento. Y puede que sea una atracción fatal, pero de momento es una atracción que me estimula.
Si todo fuera claro y brillante ¿qué referencia tendría yo para saber lo que es claro y brillante?. Pues ninguna y por eso es necesario tener de referencia a las sombras, pero no para quedarte en ellas, sino para entrar y salir de ellas y en ese flujo constante. O sea yo veo al mundo desde el espacio y mantengo esa distancia tan necesaria para no dejarme llevar por la claridad desbordante y para no dejarme comer por las sombras. Un mundo sin sombras sería un mundo pastelero, en donde todo sería dulzura empalagosa y hasta los ángeles serían de caramelo.A mi de vez en cuando me gusta darme un viaje por las sombras, pues me gusta su ambiente raído y surrealista. Me gusta lo cutre, me gusta lo viejo, lo desvencijado, lo que está a punto de romperse y esa estética puede resultar deprimente, menos para mí. A mi me da fuerzas, me estimula, me hace creer que puedo ayudar en algo y no sé el porqué ni el como, pero si sé, que así lo siento. Y puede que sea una atracción fatal, pero de momento es una atracción que me estimula.
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