REYES Y MAGIA

Pues si señores, estoy en pleno día de Reyes y hasta ahora estoy disfrutando como un niño con un juguete nuevo. Levantada mañanera y porque mi hijo pequeño estaba despierto desde las 4 de la mañana y ya con eso lo digo todo, la ilusión de un niño vale más que mil palabras. Y esa ilusión se contagia, es como un virus de la Gripe pero mucho más rápida y juro hasta por mis muertos que mientras al niño le quede una sola brizna de ilusión en los Reyes, yo seguiré al pie del cañón con él.

Porque además pienso que después de la ilusión que tiene un niño en el día de Reyes, ya no se vuelve a tener otro momento en la vida, tan alucinante. Lo único que se me ocurre de algo parecido, es cuando te enamoras de alguien, pero creo que también hay diferencias evidentes, por lo menos referente a la magia que desprenden los Reyes en un niño. Porque menuda bola y menuda mentira y en cambio los niños se aferran a ella todo lo que pueden y además, claro que es gran palo el día en que te enteras que son tus padres los verdaderos Reyes. Es como pasar del mundo de la magia al realismo de la puta vida.

Magia también tiene el enamoramiento, pero es de otra manera. Es más tipo de magia humana y aunque los ojos te hagan chirivitas y que no puedas respirar como es debido, la otra persona y por muy endiosada que la tengas, es humana y sabes que tiene fisuras y debilidades, otra cosa es que tú no quieras verlas y valorarlas. De todas formas, no sé porque le doy tantas vueltas al tema, son dos cosas distintas y diferentes y punto y pelota y ojalá a lo largo de tu vida puedas vivir la magia de ambas repetidas veces. Yo sería el primero en apuntarme a ese carro.

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JULIO CORTÁZAR