Pues como estoy plenamente convencido que mi vida se está volviendo rutinaria, estoy en plena campaña antirutinas y hoy me dio por cambiar de supermercado y vamos a probar en otro. Y menudo fracaso, si el mío ya estaba poco surtido, éste parecía un supermercado venezolano en plena escasez de materia prima.Y aún encima el tío del super era de esos tíos que no tienen puta gracia, que intentan ser amables y les sale tan forzado el tema, que hasta piensas que sería mejor que te tratara mal, porque así claramente te podías cagar en él y en sus muertos.En Andalucía a tíos así, se les llama: MALAJES. Es decir gente oscura y con muy mala hostia y aunque intenten disimularla, la maldad los delata. Y por eso cuando se esfuerzan en hacer lo contrario, el intentar dar la apariencia de buenas personas, dan más el cante, porque es tan forzado el asunto, es tan sin gracia, es tan falso todo, que te dan ganas de partirle la cara. Y MALAJES hay muchos, hay mucha gente malvada suelta por ahí.
Hay cosas que no se pueden disimular y entre ellas está la MALDAD. Ya lo dice el dicho: "aunque la mona se vista de seda, mona se queda" pues aplicado a la maldad se queda: "Aunque la Maldad se vista de seda, en Maldad se queda".
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