VIENTO DE TRAMONTANA

Hoy de nuevo nos visita en ésta Isla el viento Norte de la Tramontana. Y se le oye, ya se le escucha, ya remueve papeles y plásticos por las calles y ya crea remolinos de pensamientos viciados y porque no ha dado tiempo a que se renueven. Un viento fuerte y frío como éste, viene muy bien de vez en cuando, pero éste año, no da descanso y por tanto no da tiempo a que se renueven los brotes verdes. Bueno, parece que la vida va de eso, de que las cosas no se repartan equitativamente, sino de lo contrario, querías sol, pues toma sequía, querías lluvia, pues toma inundaciones, querías temporales, pues toma unos cuantos ciclones.

A veces entran ganas de no pedir nada y de callarse como un peto. Porque está claro que cuando pides algo, lo pides con ciertas condiciones, pero la Naturaleza lo sabe leer la letra pequeña del asunto y sólo se queda con el título de lo que pides. Te gusta el Viento, que es aire en movimiento, pues yo te voy a regalar algo más y toma vendavales del Norte. La Naturaleza no entiende de peros: quiero viento, pero...quiero lluvia, pero.... No hay pero que valga y así de sencillos y de claros debíamos ser nosotros.

Te quiero, pero... Me gustas, pero...Quiero estar contigo, pero.... Pues no señor, te quiero, me gustas, quiero estar contigo y punto. Ese pero..., suena a disculpa y a que no es verdad lo que dices, y como te resulta más fácil empezar por lo empático y lo que te une a la otra persona, pues empiezas por ello, pero..., acabas diciendo lo contrario. Todo esto es jugar con la magia de las palabras y todo, por lo que algunos dicen que se hace, para no herir a la otra persona. Y lo siento porque no estoy de acuerdo, la mayor ofensa que se le puede hacer a una persona, es no decir las cosas claras y a la cara.

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JULIO CORTÁZAR