Porque últimamente no escriba Poesía, no quiere decir que he dejado de intentarlo, pero la Poesía merece todos mis respectos y hay días en que no te sale nada y si te sale algo, lo dejas en el borrador y porque no te convence. Pero por si acaso suena la flauta, todos los días hago mis ejercicios o pinitos literarios. Por cierto ya me he presentado a mi primer concurso poético y no sé si lo ganaré, pero me supongo que no y porque lo que no puede ser es que yo salga vencedor a la primera de cambio y como dicen los grandes triunfadores, primero, tendré que chupar caña y sufrir nosecuantas derrotas. Problema, es que no tengo tiempo para tener muchas derrotas, mi tiempo es oro y eso innegociable.
¡Joder!, si yo fuera un chavalín de 20 años, aún podría deciorme, que tengo toda la vida por delante, pero yo y a mi edad, tengo por delante mi último trozo de vida y por tanto, no estoy como para perder el tiempo. Si me quieres, dímelo y sino no me quieres, pues también, pero haz el favor de ir directamente al grano y no tengas miedo de el hacerme daños. Más daño imposible, yo ya estoy en el máximo daño posible y no hay factor humano que me acolche en mi sufrimiento y por eso digo, que ya nadie me puede hacer daño y no es por valentía, es por simple saturación.
El daño me resbala y entra y sale igual, sin hacer más daño a mis circuitos más humanos. Daño me hicieron cuando era pequeño, cuando fui un chaval o un adolescente o un tío joven o un adulto inseguro, por ahí si que me dieron sin compasión, pero como se dice, de tanto que me dieron me produjeron un gran callo insensible y ahora y por mucho que me den, ya no siento nada de nada. Lo dicho, estoy saturado de daño, que no de sentimientos o de pensamientos o de ideas peregrinas, en todo esto, me siento demasiado fuerte y nada me resbala y todo lo absorbo y me lo como.
¡Joder!, si yo fuera un chavalín de 20 años, aún podría deciorme, que tengo toda la vida por delante, pero yo y a mi edad, tengo por delante mi último trozo de vida y por tanto, no estoy como para perder el tiempo. Si me quieres, dímelo y sino no me quieres, pues también, pero haz el favor de ir directamente al grano y no tengas miedo de el hacerme daños. Más daño imposible, yo ya estoy en el máximo daño posible y no hay factor humano que me acolche en mi sufrimiento y por eso digo, que ya nadie me puede hacer daño y no es por valentía, es por simple saturación.
El daño me resbala y entra y sale igual, sin hacer más daño a mis circuitos más humanos. Daño me hicieron cuando era pequeño, cuando fui un chaval o un adolescente o un tío joven o un adulto inseguro, por ahí si que me dieron sin compasión, pero como se dice, de tanto que me dieron me produjeron un gran callo insensible y ahora y por mucho que me den, ya no siento nada de nada. Lo dicho, estoy saturado de daño, que no de sentimientos o de pensamientos o de ideas peregrinas, en todo esto, me siento demasiado fuerte y nada me resbala y todo lo absorbo y me lo como.
No hay comentarios:
Publicar un comentario